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Tratamiento de la sonrisa gingival con toxina botulínica
Las inyecciones de botox son una alternativa para casos severos de sonrisa gingival. Se recomiendan en casos en los que la alteración se deba a la “hiperactividad de los músculos labiales”. De hecho, la combinación quirúrgica periodontal junto con la aplicación de toxina botulínica, ofrece unos excelentes resultados en pacientes con sonrisa gingival.
Los músculos encargados de la elevación y la retracción lateral del labio son: el músculo cigomático mayor y menor, músculo elevador del labio superior y del ala de la nariz y el depresor del tabique nasal. Todos ellos trabajan junto con el músculo orbicular de la boca en la producción de la sonrisa. La dosis a administrar varía entre hombres y mujeres ya que, por lo general, los hombres presentan músculos más voluminosos, en los que se requiere una mayor cantidad de toxina botulínica. La técnica de “Yonsei point” se basa en la localización de un punto, en el que se aplicará el botox en los casos de “hiperactividad del músculo elevador superior”. El efecto se observa entre la primera y la segunda semana, consiguiendo unos resultados que perduran de cuatro a seis meses.
Este procedimiento está contraindicado en mujeres embarazadas o lactantes, pacientes con alteraciones neuromusculares o personas que se encuentren bajo el tratamiento de canales bloqueadores del calcio o ciclosporinas. A la hora de establecer el tratamiento es importante conocer las expectativas estéticas del paciente de cara al tratamiento y mostrarle las opciones terapéuticas con las que podremos alcanzar las mismas. En este caso, la combinación de una gingivectomía, con la que poder aumentar el tamaño coronario, junto con inyecciones de “toxina botulínica”, para relajar la musculatura labial, supune una alternativa mínimamente invasiva y rápida, con la que se evita realizar procedimientos quirúrgicos más agresivos de cirugía bucal.