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¿Para qué realizamos radiografías los dentistas?
El periodonto sano es aquel que no muestra signos de enfermedad. Sin embargo, esa salud no puede determinarse solo mediante radiografías, sino con evidencias obtenidas durante la exploración clínica. Por lo general, realizaremos otra serie de pruebas complementarias para evaluar el estado de las encías, ya que las radiográfias únicamente proporcionan información de los tejidos duros (dientes y huesos). No obstante, en los casos de enfermedades gingivales graves como la gingivitis úlcero-necrosante (GUN), en los que los tejidos han sufrido duramente la enfermedad, sí se observa la destrucción inflamatoria del hueso subyacente. Por lo tanto, las radiografías en periodoncia son útiles para:
-Evaluar la pérdida de hueso y los daños a nivel de los molares.
-Estudiar la presencia de factores etiológicos locales.
-Evaluar la longitud y la anatomía de las raíces.
-Determinar las medidas del tratamiento, concretamente, la regeneración tisular guiada.
Evaluación radiográfica de la periodontitis.
En ocasiones, los pacientes traen consigo radiografías pasadas en las que se observan pérdidas de hueso ocurridas cuando la enfermedad estaba activa. Sin embargo, la pérdida de hueso observada no es indicativo de que la enfermedad esté activa. Será el sangrado el que nos indique si la enfermedad se ha detenido o se encuentra en un estado activo. Muchas veces los pacientes no son conscientes del importante papel que juegan los factores secundarios, a la hora de agravar el proceso. Su presencia la podemos observar en un estudio radiográfico.
Periodontitis crónica
En la periodontitis crónica la progresión y destrucción ósea suelen ser lentas, apareciendo de forma intermitente a lo largo de los años. Por el contrario, en la periodontitis agresiva el proceso es rápido. En ambos casos, las radiografías nos informan de la cantidad de hueso que “queda” en relación con la raíz de los dientes, lo que es importante a la hora de evaluar globalmente la enfermedad. Esto nos permitirá realizar un buen diagnóstico y una perfecta planificación del tratamiento.
Evaluación de las medidas de tratamiento.
Nuestro objetivo es mejorar la higiene oral mediante técnicas de raspado, alisado y pulido de las superficies radiculares afectadas, y eliminar los factores locales secundarios. En los últimos años, gracias a técnicas como la regeneración tisular guiada, hemos coseguido regenerar grandes defectos óseos.
Limitaciones del diagnóstico radiológico
La radiografía nos muestra una superposición de imágenes en dos dimensiones, de forma que únicamente se observa una parte del defecto óseo complejo. Ciertas sombras de densidad pueden ensombrecer los defectos óseos, de forma que estos pasen desapercibidos en un primer estudio radiográfico. Las propias estructuras anatómicas de la boca (la raíz de un diente o una zona del hueso no dañada) también pueden verse “tapadas” por la superposición de otras estructuras. Para eliminar el problema de las dos dimensiones, utilizaremos técnicas tomográficas avanzadas como el TC o el haz de cono de alta resolución. No obstante, el primer paso para valorar el estado general de salud del paciente será la realización de una serie de radiografías, entre las que se incluye una panorámica y varias radiografías periapicales y oclusales.