En la actualidad, se podría definir a la caries dental como una enfermedad bacteriana infecciosa compleja de distribución universal. Debido a los patógenos que la forman, esta se localiza en las piezas dentarias, pudiéndose dar su comienzo a partir de la erupción dental.

La enfermedad infecciosa comienza mucho antes de que se observen las primeras manifestaciones en la cavidad oral. De hecho, se trata de una enfermedad crónica, la cual presenta períodos de agudización. El tratamiento de la enfermedad es siempre sintomático, pudiéndose dar diferentes alternativas de tratamiento en función de la extensión de la misma. La prevención de la caries será fundamental, puesto que el comienzo de esta enfermedad, probablemente de lugar a la progresión de otras enfermedades dentales entre las que se encuentran la gingivitis o la enfermedad periodontal.

Posee una naturaleza multifactorial por lo que se utiliza la tríada modificada de Keyes como punto de partida del análisis de la enfermedad. Esta tríada se basa en la interacción de cuatro factores: Huésped, dieta, microorganismos y tiempo. No obstante, la caries también requiere de la interacción de factores etiológicos moduladores. Esto es; la toma de fluoruros, el grado de intrusión e incluso el estado de salud general del paciente.